Descripción de una Mujer
...La Mujer... El cuerpo, la sensibilidad, la ternura, la honestidad... La pureza de la Naturaleza; la sinceridad, el romanticismo, la pasión, el Amor!...
La Mujer se remite a distinciones por género, así como a las diferencias sexuales y biológicas en la especie humana. Cuenta con aspectos físicos que la diferencian de nosotros los hombres con voz más delgada, cintura más grácil y estrecha, deliciosa cadera más ancha y de pelvis más amplia en obsequio para una sublime maternidad; de afortunadamente menos vello corporal, de menos masa muscular y de más tejido adiposo; de mamas estéticas de mayor volumen y casi generalmente de menor estatura comparada con la del varón...
Pero, la estatura en valores de la mujer la convierten en el Ser Supremo de la Creación Sublime... Femenina, delicada, incuestionablemente bella por dentro lo cual transmite en una gran belleza por fuera, sin importar facciones estereotipadas por nosotros, otra vez los hombres, y por tanto la redime.
¿Qué sería de la humanidad sin una ella?... Cierto que para haber creación se necesita de un hombre y de una mujer, pero seamos honestos, sin la mujer, la humanidad no es nada.
...Y aquí estamos porque ya existimos, pero yo, mi ente, no concibe el mundo sin la cercanía de una mujer... Sin su cercanía y sin duda sin ese su roce, ese toque sutil que a nosotros, el mentado "sexo fuerte", nos hace sucumbir, nos electriza y nos hace caer a veces cuan redondos son nuestros testículos...
Una mujer te mata, te aniquila con la mirada o te seduce con el recorrido de la misma por tu grotesca naturaleza... Una mujer te mueve, te impresiona, te alienta y te detiene. ...Digamos que sí, te manipula, pero siempre en aras de su sensibilidad.
Si una mujer nos sonríe, entonces nos desarma, nos quita el arma de una posible actitud engreída y de soberbia, y nos captura sin cadenas para hacernos rendirle culto a su persona, a su deseo y a su divinidad.
Una mujer nos permite dibujar en la retina la posibilidad de darle tacto a sus aparejos, mejor que darlo a nuestro propio cuerpo frente a los espejos.
Una mujer nos mira primero el alma y después si lo decide, nos escruta el físico con más calma... El hombre, por lo contrario, hurga lo que ven sus ojos, piensa en voz alta para sus adentros y antes que ponerse de hinojos para rendirle pleitesía, saca de su mente vacía el estímulo físico como si fuera en ella lo único que tuviera y como si todo eso fuera lo único.
Una mujer es suave desde sus cuencas, sus planicies, y a través de sus valles hasta sus montañas... Una mujer cultiva las semillas que la conectan con toda su estructura interna y se alimenta de pasión desde sus raíces... ¡Una mujer ES!.
...Una mujer le da color a la aridez del mundo; una mujer corrompe el espíritu irracional de un hombre e irrumpe en la cordura de su banal existencia y le permite llegar a enamorarse; activa sus endorfinas, pero también las modula de manera que su sueño de morfina haga tal efecto que no solo todo le sea como explorar un bosque para llegar al fondo de su camino penetrando su vagina. Piensa, siente, dale forma y activa entonces tus feromonas...
La mujer no es sexo, la mujer es caricia, la mujer provoca a la emoción que deja a un la do la avaricia... Una mujer siente, una mujer ama, una mujer sufre y puede llorar.
Varones, se nos permite provocar el llanto, pero un llanto que sea la decoración y la irrigación por fuera de la pasión y del dolor no tanto... La mujer repito, es la Concepción Sublime de la Creación envuelta en el satín de un manto.
La mujer nos dio la vida... Si la desprecias su corazón no olvida, pero si la amas te lleva al cielo trepando por el árbol del destino incierto en un concierto perfecto a través de sus ramas.
La mujer es el sonido suave de una música y sus notas, y si lo notas, tus entrañas temblarán por la melodía de su voz. La mujer es el aroma de de una flor y del tremor de su propio cuerpo, y si te canta escucharás que tu propia voz te espanta...
El perfume natural de una mujer cautiva, puede oler a rosas o puede oler a nada, pero cuando tu sentido del olfato lo percibe, suspiras, lloras, ¡cantas!... y a final de cuentas hace que te sumerjas en la profundidad de esa cueva, sin importar que sea ancestral o que sea muy nueva.
Besas, gimes, la reacción de tu cuerpo hace que te relajes o te estresa, pero al fin y al cabo puede que te pida que hagas de lo cóncavo: convexo y que entregues tu voraz hombría en los placeres del sexo.
Pero la mujer no es todo lo que el sexo lo es, una mujer es un templo donde el ritual del amor es éso y por eso, se dice que es amor el que se hace...
Sexo por sexo da sexo; el sentimiento es el valor agregado a los genitales, el amor está en nosotros para brindarlo y el amar con sexo es Hacer el Amor...
La mujer no lo exige, la mujer lo da todo y es lo único que pide... Ser un hombre no solo es el dar por dar; sé pues consciente de que el hombre, como la mujer, también es un ser humano y como ella, el hombre también siente, sufre, llora... y también puede llorar.
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