Una rareza de la naturaleza, que trajo satisfacciones impensadas a toda la familia
Hermafrodita
Luego de experimentarlo no tengo claro si es una ventaja o una desventaja serlo.
Hoy ya abuela, me atrevo a confesar las experiencias sexuales vividas a pesar de mi “defecto”.
La primera dificultad que me trajo, me la contó mi madre cuando ya era una señorita.
Ocurrió que naci en casa, vivíamos en el campo y la señora que asistio al parto vio un pito y dijo felicitaciones es un bello varoncito!!.
Papa, fue a anotarme al registro civil como Andres, y asi me llame hasta que van a vacunarme al hospital y descubren que no tenia huevitos sino una bella raja debajo del pitito.
Una rareza, pero era nena, jaja hermafrodita. Nadie sabia muy bien que era ser eso.
Pero fácilmente descubrieron que era quien poseía los dos sexos.
Claro uno de ellos atrofiado, bueno no tanto era una pijita en serio, abierta por debajo comenzando asi mi vagina hacia abajo, la pijita era un clítoris gigante.
Veo copia de mi partida de nacimiento, que en el margen reza femenino, nombre Andrea, con una llamada, explicando una confusión en la inscripción original.
Si, de nacimiento poseo una tripa considerable que me cuelga y cuando me caliento se me endurece como una pija autentica, es mas tiene su cabeza bien formada y salida, una belleza.
Claro mear, meo por abajo, no me figuro como mi madre no se había dado cuenta.
En el contacto con otros chicos cuando todas las nenas querían saber lo que tenían los nenes yo muy oronda les decía miren son asi!.
No faltó la amiguita que quizo jugar con mi cosita y que cuando se endurecía la besaba, asi comenzó a darme satisfacciones inesperadas.
Los varones me rehuían y me llamaban “pichota”, asi fue mi sobrenombre para mis amistades durante toda ni niñez y parte de mi juventud.
En la adolescencia ningún varon quería saber nada conmigo pues era “rara”.
Por ello sufri bastante, todas mis amigas tenían sus novios y yo nada.
Eso me inclinó a un lesbianismo, mas que por gusto por necesidad.
Mis primeros orgasmos fueron gracias a pajas y a esta maravilla que me cuelga.
Mis amigas fueron mis primeras amantes y ella contentísimas pues hasta se metían mi pito alegres pues no había ningún peligro en ello.
No puedo asegurar haber desvirgado a ninguna con él, pero que lo gozaban era un hecho.
Por fin alguien se hizo cargo de mi, un bello ejemplar masculino, no muy musculoso, mas bien delgado, muy romantico pero como es natural llegó el momento de los arrumacos y las toqueteadas, hasta que halló eso que tanto me identifica, creyó que era traba y huyó despavorido.
Ocurre que lo divulgó como buen bocón y el morbo atrajo muchos depravados a los que me di el gusto de rechazar de a uno en uno hasta que elegi el que me pareció mas temeroso.
Nada extraordinario pero buenísimo, con el me casé.
Tardé bastante en hacerlo, en el interin nos mudamos y tuve muchas bellas aventuras.
Guillermo, asi se llama, todavía hoy nos solemos ver.
Al principio, no creía lo que le habían contado, pero era el mas inteligente de su camada y sabia que existian personas con mi defecto, que le pareció hermoso y se decidió a cortejarme seriamente, pues siempre creyó que lo que tenia me hacia infeliz.
Tuvimos un lindo noviazgo, hicimos sexo desenfrenadamente pero siempre en privado, nunca con terceros, tampoco nos cuidamos.
Nuestros padres nos amenazaron con separarnos si no nos casabamos pues todos hablaban de nuestro largo noviazgo, mas bien concubinato, muy mal visto en nuestro medio social.
Fue una fiesta magnifica y una luna de miel de ensueño en unas islas remotas del pacifico, allí si nos liberamos y participábamos en cuanta orgia organizaban los lugareños, donde mi desarrollado clítoris competía con varios otros similares, algo impensado de que existiese, sin embargo allí había varias chicas con desarrollada lengueta.
A nuestro regreso descubro que quede embarazada, no se de quien, fueron tantos.
La conducta que tuvimos relajó nuestro amor y comenzó nuestro declive amoroso, yo con mi bombo y el con sus aventuras hicieron añicos lo nuestro.
De todas formas guardamos el matrimonio hasta un año luego del nacimiento de Joaquin, mi precioso varoncito.
Pero las largas esperas de pija por parte de él, me llevaron a tener yo también aventuras sexuales, algunas muy halagüeñas.
Por fin se fue de casa y a pesar de la insistencia de mis padres que volviese con ellos, no lo hice, como mi situación me lo permitia, vivi con mi crio en mi propio hogar.
Mucho me ayudo mi prima Amelia, con la que reanudamos nuestras relaciones lésbicas, por un tiempo suspendidas.
Esto no fue motivo para que yo le fuese infiel con el sexo opuesto ya que mis necesidades eran distintas a las de ella.
No era fácil que mis amantes me duraran, es que mi pito que al principio los fascinaba, al tiempo los espantaba, es que resulta incomodo que se te suban y en pleno acto con mi pijita lo lacere en su panza.
Es que la pobrecita cuando me caliento se para; como cualquier poronga normal.
Amelia la sabe gozar como nadie.
En mi vestimenta debo cuidar el detalle pues me forma un bulto considerable, salvo que use unos suspensores bien elastizados que me la comprime, pero cuando me excito me produce dolor.
Lo que para cualquiera seria un problema ya para mi no lo es, estoy acostumbrada.
En nuestras revolcadas con Amelia, Joaquin si bien no participaba estaba presente pues durmió siempre con nosotras.
Ya mas grandecito jugaba con lo mio y lo que le ofrecia Amelia sobre todo sus raros pezones, unos cilindritos de carne muy desarrollados que coronan su bellas tetas.
Era esa su forma de participación y de a poco mientras evolucionaba su sexualidad la ofrecia, ambas paraditas, compitiendo con la mia.
Lo lindo fue un dia en que Amelia recibe en su boca la primera eyaculación de mi niñito, una sorpresa pues solo tenia once añitos recien cumplidos. Abre su boca me muestra y nos confundimos en un beso para que ambas pudiésemos saborear su néctar.
Muy poquito, muy liquido y dulce, un almíbar.
Una tarde al regresar de la escuela se queja que le duele el culo, lo reviso y lo tenia rojo, como inflamado, no se dejaba tocar.
Hijo te han culeado?, si mama, el celador, queeee?...
Lo denunciamos ya.
No por favor, la culpa fue mia. Es que tiene una pija como la tuya claro mas gruesa y me gustó, se la chupe como te hago a vos y luego me dio vuelta y me la encajo de un solo golpe, llore mucho, me arde tanto.
Luego me contaba que lo hacia con otros chicos pero que todos la tienen chicas y no duelen.
Y tu también te coges a tus compañeritos?, si en los recreos.
Decidi cambiarlo de escuela y ordeñarlo antes de asistir a clases.
La cosa parece que había cesado, y que solo lo hacíamos en casa.
Desde ese dia, fue nuestro macho, bueno al menos eso deseábamos que fuese.
Nuestras noches juntos hicieron que yo abandonase la costumbre de buscar nuevas pijas, con poco y pequeño me conformaba, pero el tiempo obro milagros a los 13 la tenia mas que bella, además era lo indicado para un culo delicado como el mio.
Amelia dejo de reglar, que has hecho? Con quien?
Con Joaquin con quien mas?, me contesta.
Y que haras?
Tenerlo, que crees?
Me carcomieron los celos, ella quedo y yo no!!
Fui a mi ginecólogo pretextando que deseaba ser de nuevo madre pues los años se van pasando y que no quedaba a pesar de no cuidarme.
Me da unas pastillas y me dice, si no dan resultado la solución mas rápida es la inseminación, si quieres traes el semen o sino usamos el de nuestro banco.
No le iba a decir que quería me embarazara mi propio hijo, una locura.
La suerte fue que al tiempo yo también quedo de él.
Ambas se lo decimos, creo que lo asustamos.
Nos lo hacia como con temor y fríamente, como si fuese un tramite o una obligacion.
Fueron un par de semanas tristes, pero entre ambas lo fuimos animando y volvimos a la normalidad, mientras nuestras panzas crecían.
Para las chusmas del barrio fue asombros pues suponían que eramos lesbianas y con bombo ambas, rarísimo, supongo habran tejido mil conjeturas, pero una es segura: de lesbi nos convertimos en putas.
De quienes?, eso nunca pudieron saberlo, no irían a imaginar que un nene de 13 nos habría preñado a las dos.
Asi entre amistades falsas y conocidas hipócritas, llego Amelia a su parto, fue natural y tuvo una preciosa nena, una bebota rozagante y muy gritona.
Ella desarrolló unos buenos pechos y por suerte todavia los conserva, estan riquísimos.
Claro mas atractivos resultaban con esas areolas gigantes y exudando lechita.
Lo mio tardaría mas de un mes todavía, creía que iba a reventar, era grandísimo, claro estaba gestando un varon que nació con mas de cuatro kilos, un gigante.
El padre, no parecía sentirlo, casi ignorante a lo que sucedia, inmerso en sus juegos y sus estudios y protestando porque los bebes lloraban y lo molestaban.
Lo único, sufrió la parcial abstinencia de la madres primero de una y luego de la otra, pero bien que le gustaba mamar las tetas de ambas, para luego culearselas.
Con los meses pasaron los llantos, y se fue integrando mas en su papel de hermano mayor que en el de padre, pobre angel, si era todavía un niño.
No podía tampoco disimular los celos que sentía por las atenciones que naturalmente brindábamos a los bebés; para él una competencia indeseada.
Procuramos hacer lo imposible para que ese sentimiento le fuese disminuyendo haciéndolo participar como papito de ellos, y brindándole el cariño que mas lo estimulaba, nuestros sexos.
El muy degenerado ya le lamia la conchita a la beba y el pito al hermanito.
Claro fue producto del mal ejemplo pues nosotras, luego del baño, se lo hacíamos.
En verano el nudismo de entre casa mantenía la frescura y la libido de todos.
Asi fueron pasando los años, ya casi terminado el secundario trajo a una chica a casa, la que al principio participo complacida pero luego desapareció de repente y comenzó a traer a un amigote, un giganton, un morochazo que calzaba una poronga descomunal, los tres se la desagotábamos, nosotras dos y también el, si él, le gustaba chuparsela pero no la aguantaba dentro su culo.
También dejo de vernos pues se fue a estudiar al extranjero.
Nuestro Joaquin era bisex declarado y no solo mi pijita era su gustito sino que también algunas que recibia circunstancialmente por su propia cuenta, ajenas al ámbito familiar.
Deseaba ser medico e ingresó a la facultad.
La nena ya merecía y el nene blandia una bella pijita, pero ambos eran muy tiernitos todavía.
No obstante participaban jugando con nosotros mientras gozábamos de nuestros sexos.
Justo cuando Joaquin da su ultima materia Mirtita regla. Jorge todavía no eyaculaba.
Nosotras engordamos y nos avejentábamos sin remedio, a pesar de los cuidados y gimnasia que practicábamos.
Es que desde que nació Joaquin habían pasado 24 años.
Resultaba difícil disimular que nuestras tetas comenzaran a colgar, claro por su peso y volumen son suculentas, el culo a aplanarse y estriarse y la panza a prosperar.
Es que a los 40 para una mujer resulta difícil, mientras que el hombre logra su plenitud a nosotras nos cuesta mantenerla.
Pero quien puede darse el lujo de coger con un pendejo de 24 y preparar a dos deliciosos bocaditos que pronto comenzaran a desarrollarse.
Solo nosotras podríamos serlo y por suerte lo hemos sido, con algunas complicaciones propias de la relación.
Es que sin ayuda nuestra y sin saberlo, Joaquin se cogió a su niña, con tan mala suerte que le provoca una seria herida en la vagina con hemorragia, que no pudo contener; la llevamos al hospital y la aleccionamos para que diga que se lastimo ella misma con un consolador, asi pasó, lo único que con mucha vergüenza Joaquin tuvo que llevar al consolador como prueba.
Fue el hazme reir de su colegas.
Como hacer que le doliese lo hecho, pues pensamos que lo mas razonable era dejarlo sin cogernos por un tiempo, pero el muy puto jugaba con Jorge y a escondidas con Mirta,
Tuvimos que claudicar por falta de tripa. Al descubrirlos supimos que cualquier cosa que hiciésemos seria en vano con el depravado hijo que tenia. Para colmo reclamaba su derecho sobre la nena ya que era el padre y yo nada de ella.
Es cierto su madre es Amelia, y ella no tenia carácter para tanto. Lo ama y le consiente cualquier barbaridad. A lo sumo llora su impotencia.
De allí en mas me dediqué mas a cuidar a mi nieto e hijo, que a los demás, pero el también tenia sus necesidades y yo se las cubria con cariño hasta que un dia chupando su pistolita me riega la boca con su juguito, por fin!!!!!.
Fue una fiesta y el total reencuentro de todos nosotros, desde ese dia nunca mas una reyerta al menos por asuntos del amor.
Hoy Jorge no perdona a nadie ni a su padre, y si viesen lo que calza, un elefante.
Joaquin da y recibe, lo que puede, también suponemos lo hace afuera pues hay días que regresa de su trabajo extenuado.
Los chicos estudian y se forjan un exitoso porvenir y nosotras Amelia y yo, envejeceremos con su amor hasta que se independicen.
Mi lengüeta ya no se pone tan tiesa, me pasara lo que a los hombres con su poronga??. Le pregunto al medico y se rie,…………. no me contesta.
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