Arturo había contratado a un proveedor para que fumigara las plantas de su jardín...
Por alguna razón extraña, la solicitud pasó a manos de una pareja que presuntamente se dedicaba a dar ese servicio y llegaron a la residencia con sus implementos para realizar el trabajo.
La pareja que llegó resultó ser la de unos vecinos míos que se dedicaron a rociar lo que parecía solamente agua, porque para cuando llegó Arturo, una nube de mosquitos volaba por todos lados como si solo hubieran sido regadas las plantas de ese jardín.
Arturo se negaba a pagar a los "fumigadores", pero a final de cuentas accedió a pagarles, por lo que les pidió una factura aunque por una cantidad menor a la acordada, y la pareja de defraudadores se la extendieron.
Pero cuál fue la sorpresa de Arturo al descubrir que los datos de la factura pertenecían a otra empresa, y ni tardo ni perezoso, salió a buscar a la susodicha pareja... No los encontró, así que fue a la dirección de la nota y allí, con la ayuda de los genuinos fumigadores, se dieron a la tarea de localizar a los defraudadores.
Entre Arturo y aquellos llegaron a un edificio donde supuestamente encontrarían a mis vecinos, pero en lugar de hacerlo, fueron subiendo y subiendo pisos, hasta subir a uno donde de pronto, Arturo ya no era Arturo sino era yo...
Conforme entrábamos a los cuartos de esa especie de departamento, nuestros ojos advertían nubes de vapor que se medio disipaban, y dejaba ver a grupos de personas teniendo sexo oral... Pasamos de un cuarto a otro y en todos habían pares de personas teniendo también sexo oral... Pasamos a otro cuarto y lo mismo, sexo oral... Sexo oral... Sexo oral...
Mi interior empezó a reaccionar y yo tan solo quería ver lo mismo, sexo oral. Total, hubo un momento en que entramos al que supongo era el último cuarto y nos quedábamos viendo cómo lo hacían; habían hombres con hombres y mujeres con mujeres, mujeres a hombres y hombres a mujeres... Tuve una erección brutal, pero yo seguía vestido y pasaba como si nadie me viera, transpirando por el calor del vapor y el calor de las escenas que veía... Yo iba acompañado de una mujer, pero nunca supe quién era, sin embargo caminábamos juntos y nos deteníamos hasta que en una de esas, había una mujer con pene que a final de cuentas se fijaba en nosotros y sin decir palabra, nos atrajo para que nos acercáramos a su cuerpo desnudo envuelto en esa nube de vapor y, sin nuestro consentimiento, quería que le hiciéramos también, sexo oral... Nos oponíamos, pero al final sucumbimos y nos arrodillamos donde estaba recostada la mujer aquella, de grandes senos, cuerpo no muy escultural, pero con un pene erecto que apuntaba al cielo.
...Pero no pasó nada, yo sentía perturbación sexual en mi cuerpo, pero nunca toqué ese miembro ni a esa voluptuosa mujer, mientras la nube se hacía más y mas densa...
...Vaya sueño el mío.
Comentarios de los lectores
© Copyright 2009 Historias de Seducción. Queda expresamente prohibida la publicación y la distribución de todo o de parte del contenido de la presente obra, sin previo y expreso consentimiento del autor