Antonio me contactó a través de los avisos del Portal de Historias de Seducción... Me dijo que nunca lo había hecho, pero que estaba inquieto y tenía curiosidad por saber qué se siente ser penetrado.
Ni sus dedos ni cualquier otro artefacto se había atrevido a utilizar, solo esa canija curiosidad y cosquilleo que a veces nos llega a los considerados "Bugas" o Heteros...
Debo confesar que ese "atrevimiento" al contactarme me excitó, falso sería negarlo, y pues, accedí. Le dije que si lo deseaba, yo lo inauguraría. Me confesó también que le daba temor sentir dolor físico, porque el dolor "moral" simplemente por pensarlo y escribirme, creo que ya lo estaba superando.
Fueron una serie de correos y WhatsApps de preparación muy intensos, con videos personales, videos descargados, frases y deseos fantasiosos que por parte de los dos se fueron dando, e incluso me hizo pensar que él no era Homosexual sino Bisexual, porque le excita mucho la idea de tener un Trío o un Cuarteto con nuestras respectivas parejas... Y la verdad, sería muuuuuy excitante también para mí.
Total, después de un par de intentos infructuosos por aquello de nuestros trabajos y horarios, concertamos una cita para un Domingo Especial, su día de descanso y para mí, una verdad a destiempo hacia mi esposa, de una invitación para ir a jugar Golf.
No es difícil imaginar toda la visualización que se desbordó en mi mente ideando cómo habría de ser es Domingo tan especial; era algo así como aquella planeación con Amelia para cederme su virginidad donde hasta pidió prestado un departamento y unas películas XXX de aquellas de Super 8 de los fabulosos 70's... Y como desde hace mucho no lo hacía, le sugerí que Sheena lo desvirgara, lo cual a ambos nos produjo aún más excitación...
Acordado y palabreado todo lo anterior, llegó el Domingo con cede en Playa del Carmen a las 10 de la mañana. Para ésto, elucubré toda la parafernalia para no despertar sospechas incómodas, y para que toda la seguridad me acompañara... Ésto es, como en la oficina tengo guardadas las cosas de Sheena, me levanté cuando el Sol apenas clareaba y me dí un lustroso regaderazo, salí con sigilo de la casa y con las palpitaciones "in crecendo", conduje 10 kilómetros hasta mi oficina; por supuesto en la oficina únicamente pululaba "el fantasma" del Corporativo, y en medio de ese silencio y de esa soledad, los sonidos de la transformación fueron los únicos que hacían eco en el baño pequeño de los hombres.
30 minutos me tomó disfrazarme de Sheena y cubrirla con mis propias ropas de "Golfista", y con el tiempo fríamente calculado, tomé camino hacia la Riviera Maya. Hube de hacer dos escalas técnicas llenas de adrenalina, la primera para confirmar mi asistencia una vez más, aunque nunca vi las dos palomitas azules de lectura.
Todavía tuve tiempo de llegar al punto de encuentro - el estacionamiento de Walmart - quince minutos antes; subí a la tienda y le obsequié a Sheena un nuevo par de medias negras y una panty roja vino de mucho encaje... Ufff!!!.
Con la Bilirubina a tope regresé al estacionamiento y con enfado vi que las palomitas seguían grises, hasta que por fin cambiaron de color y se puso en línea con una sarta de mentiras, artilugios y evasivas, para decirme que como no le respondí cuando iba conduciendo rumbo a Playa, pensó que no iba yo a asistir, pretextando repetidamente que "como la vez pasada no fui" hoy ya estaba no sé dónde. Nunca me dijo que ya no asistiría a la "ceremonia"... Me molesté tanto que le llamé y le dije muy enojado que me había hecho conducir casi 100 kilómetros para salirme con su estupidez de arrepentimiento... Y como se lo dije, le expresé que no era el único y que no me buascara más; así que frustrado como nos quedamos Sheena y yo, dando patadas de ahogado mandé mensaje a mi Dentista... y de inmediato me respondió que sí. Regresé al baño de Walmart y despedí a Sheena no sin la excitación de ver mi sombra proyectada en el piso quitándome su ropa y recomponiéndome la mía.
Batí récord y arriesgué tener un accidente porque no bajé la velocidad en una carretera cuyo límite máximo era de 100 kilómetros por hora y solo en los entronques con las salidas, de 130 a 100, bajaba hasta los 80... La excitación cambió de rostro y lo mejor, que no gastaría en un Motel porque me dijo que lo viera en su casa, lo cual es más excitante.
Antes de la hora que le calculé, llegaba yo a la ciudad y ya el Doctor estaba también ansioso, me detuve para contestarle, y minutos luego, devoré los 10 kilómetros que me faltaban y me estacioné frente a su casa... Para mi Dentista era inusual que en Domingo estuviera yo disponible, pero la calentura es la calentura y me abrió la reja de su casa oliendo a recién enjabonado. Supongo tendría plan, porque ni video de gordos velludos puso en la televisión y de volada se desnudó, pero igual yo no quería ir más allá de a lo que iba, a desfogar.
Y como en todas nuestras entrevistas... Fuera ropa sin el "foreplay" delicioso y necesario de la seducción... No hubo 69, solo 10, por lo delgado de mi cuerpo y lo llenito del suyo, pero sí, su tamaño es perfecto para lo que sea que se desee y yo deseaba satisfacer mi sexo y mi boca. Preparé mi frasquito de Poppers, me desnudé menos rápido que él y para cuando me trepé a la cama, ya empezaba a verse la reacción esperada que dicho sea de paso, en él ya tampoco es la misma, pero la hubo. Un poco de tacto, un poco de sensación de piel a piel a lo largo de nuestros cuerpos, y cuando él ya estaba listo, hice mi trabajo.
...Y me dejé ir, él también, pero siempre perceptivo esperando que fuera yo quien tomara la iniciativa en las acciones... y cunado nombró a Sheena... Out we went.
No fue ni una hora; hice más tiempo en la carretera, que lo que hicimos revolcándonos en la cama y apenas llegó, otra vez como siempre se desentendió y aunque esta vez sí me miró mientras me masturbaba, dejó de tocarme, atendió su celular y se metió a lavar... Esperé a que saliera para hacer lo mismo y volviendo a ser yo, me vestí y me acompañó hasta la mentada reja para seguir volando hacia mi casa oliendo a sexo...
Yo ya no soy virgen, pero alguien más sí lo es.
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