Hace un buen que no iba al Perlita, pero esta vez, luego de estar intercambiando imágenes contigo, como que se me despertó algo por dentro, cuando volví a quedar en la casa a solas.

Tuve tiempo para prepararme mentalmente y calculando que recién lo abrieran, encaminé las ruedas de mi carro hasta ya sabes dónde.


Aunque pasaban de las 6, cuando entré a la sala aún estaban las luces encendidas y éramos como 6 pelados los que iniciamos la función. Lo bueno de llegar recién abren es que puedo sentarme donde más me plazca, así que subí hasta el fondo, y como habían puesto uno de los tras ventiladores gigantes en la mera esquina, habían medio bloqueado la última fila de las butacas y me senté entonces en la penúltima y dejé una butaca “de seguridad” junto al pasillo.


Después de tanto tiempo estaba yo como primerizo, respirando agitadamente y hasta con nervios en las manos. Luego de unos minutitos echaron a andar el proyector, y empezó el sonido del erotismo y la lujuria con la proyección de una película bastante vieja pero jaladora de miradas por las escenas aunque borrosas, suficientemente excitantes. ...Y hasta aquí el preámbulo.


Por supuesto apenas apagaron las luces, los compinches se acomodaron en su s lugares de acción y no faltó mucho para que empezaran los movimientos de las sombras a doblarse sobre los regazos de los más calenturientos que de volada fueron saboreados... La visión y mi abstinencia afloraron y felizmente sentí cómo mi pantalón se llenaba de bulto... Pero en mi perímetreo nada sucedía; parecía que esa acción pecaminosa se llevaría a cabo al lado opuesto de donde estaba yo, así que alternaba el ojo de la pantalla a las parejas lejanas y de regreso una y otra vez.


Yo ya había liberado la presión en el frente de mí, es decir, bajé el cierre de mi pantalón y quise sentir mi excitación que ya crecía y crecía... Se dieron varios enroques,o sea, se sentaban aquí y se cambiaban para allá. ...Hasta que por fin, el escenario me quedó muy cercano; un tipo de buen aroma se escurrió frente al ventilador y se sentó junto a éste, fingiendo estar atento a la película.

Minutitos después, alguien cercano a mi butaca se armó de valor, se brincó de la penúltima fila hasta la última, y se sentó justo a la izquierda del “escurridizo”.


Algo distrajo mi atención y algo me empezó a prender... El “salta-butacas” empezó a tocar al escurridizo y se inició el toque de la mano hacia el bulto; yo también hice lo mismo y la película cambió de pantalla, ya no pude fijar mi atención solo al frente y vi que ni tardo ni perezoso, el salta-butacas se estiró su brazo y toqueteó al escurridizo... Todo sin palabras, todo propiciado por la obscuridad, una película que nadie veía, y un enorme pene que había sido liberado... Lo pude ver bien por el brillo de la proyección... Grueso... largo... y de tono muy claro...


El escurridizo se escurrió el pantalón pero por el calor generado, no solo se lo bajó, lo safó de su pierna izquierda y dejó al descubierto sus dos muslos, su vientre, sus grandes testículos y su enorme pene, todo eso muy afeitado, ¡todo sin un solo vello!. Por supuesto que se veía todo él como escultura de mármol por la claridad de su piel.


Y empezaron los sonidos de diferente concierto, el de una boca y una lengua engullendo el falo enorme y como yo estaba frente a ellos, la proyección de la película me daba mayor facilidad para observar... La verdad me puse muy caliente, aún cuando me llegaba ligeramente la brisa del ventilador gigante aquél...


La manera en que ese falo era engullido no dejaba nada para la imaginación... de repente la cabeza del segundo lo cubría porque se lo metía todo hasta la garganta, pero subía y bajaba con singular apetito que me trajeron a la mente mis audaces atrevimientos con mi audaz compañera de fantasías...

Sí, recordé a mi compañera de fechorías en esas butacas y mi frustración de no tenerla cerca hacía que mi excitación creciera; la frustración de la imaginación construyó y trajo a mi pareja y vi el resultado en mi propia erección descomunal y lubricada... Volví a la escena de la fila posterior y como vi cómo se daba, no tuve empacho en bajarme por igual mi pantalón quedando al aire la “frescura” de mi calentura... Me tocaba y tanto me tocaba, que otros pares de ojos ya se habían acercado para presenciar más de cerca la función...


La pareja intercambiaba penes de una boca a otra, el subir y bajar resulta un afrodisíaco y las palpitaciones se generaban y degeneraban... Pero nadie más se atrevía a tocar y las miradas solo miraban...

En otro momento, la química de la pareja les llegó de manera tal, que se enderezaron, el segundo besó el pecho del primero y el primero se lo descubrió para ofrecerle sus lentejas; para mí, era un hombre deleitándose con una mujer... Era yo como si fuera yo y era el otro como si fuera ella... De su pecho elevó su cara y de su garganta se fue hacia la cara, buscó los labios, y se besaron como lo que pasaba al frente en la pantalla, como si fuera en vivo una película de primera talla...


Gemían muy compenetrados y se daban mutua satisfacción; primero uno al otro y luego el otro al uno... Cuando el segundo llegó a su máxima excitación se detuvo un poco para bajarse también el pantalón hasta los tobillos, dejó su asiento y se metió entre las piernas del primero que había llegado, éste separó más las piernas y después las subió al respaldo de la butaca de enfrente junto a la mía para ofrecer una mayor interacción... El salta-butacas se arrodilló, le pegó la cara, se lo comió todo, luego pasó un poco más abajo y hasta los testículos se metió.


Creo que nunca había visto escena así, era una convergencia de erotismo como solo había visto y recibido en mi propio erotismo con mi mujer lejana... Por un momento parecía que el levantar de piernas le daría la opción de lamer más abajo y aunque lo intentó, no pudo pasar su lengua por el jardín secreto. La pareja era vista por muchos ojos y como que eso era precisamente lo que les hacía maniobrar con tal urgencia... De pronto, el segundo volvió a sentarse en su butaca, se levantó el primero, se giró un poco hacia su flanco derecho y le hizo caravana al muro; haciendo ésto, le ofreció la blancura de su centro y dejó ver hasta lo más obscuro; entonces, el que estaba a su izquierda sacó de no sé donde el frasquito de los placeres; el inconfundible aroma me llegó y saqué mi frasquito propio; ambos frascos se fueron hacia la nariz y nos dimos lujurioso pericazo recibiendo inmediato resultado...


De plano de la película me olvidé e hice que al voltearme me quedara de frente y de los protagonistas hice mi deseo todavía inmadurado de penetrar a mi mujer...

La lengua que antes la otra lengua había besado, bajó y se metió por donde los dedos ya habían penetrado, lo llenó de saliva, y luego de meter su lengua, el camino le quedó más despejado... La sostuvo con su mano, apuntó... y se la introdujo tras el gemido clásico de la penetración sexual...

...Y luego vino el movimiento; todos los que estábamos al rededor hubiéramos querido repetir la escena pero solo teníamos el espacio donde nadie había y nuestro movimiento se transmitió sobre nosotros mismos...


Muchos penes al descubierto, muchas miradas como las de los lobos en jauría, mientras aquello sucedía... Y luego, el otro se salió de él, se sentó en el respaldo de mi butaca y le ofreció el premio mayor... El penetrado se prendó de éste, desapareció su falo en su boca, bombeó, bombeó y bombeó, hasta que todos supimos lo que se venía... El tipo se venía en su boca pero nada escurrió, y no hubo brillo que atisbar porque todo se lo tragó...


Ufff!!!... No eran dos hombres, eran una mujer y un hombre... Era mi Amore y el otro era yo...

Así no podría quedarme, regresé a mi asiento, recargué mi espalda en el debido respaldo y me masturbé con la nostalgia en mi mente, con el recuerdo inusitado en la frente, y con el deseo de que ya viniera, y se viniera mi mujer en mi boca también...


Cuando los gemidos pausaron, la pareja volvió también a su respectiva butaca; el que llegó se fue y el que se quedó, se quedó respirando y saboreando la osadía...


Me concentré entonces en lo mío, me toqué por todos lados y cuando vi que alguien más adelante de una bolsa sacó una peluca y se la colocó, me volví más loco porque parecía mujer, pero no era una mujer y ya muy tarde se me hacía... Tocaba el turno de la que parecía la siguiente película, pero ya no pude más, me moví, me moví y me moví... y también, así como llegué me vine y llegué sobre mi vientre.







3 Comentarios

Comentarios de los lectores


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1 ) Enviado por: Hypersexual el 30/08/2018 a las 19:06:14

Con todo respeto, me tomé el atrevimiento de darle unos toques a tu relato.

"Al fin Tuve a mi Vecina"

...Era Otoño, mi época preferida. Cuando subía las escaleras rumbo a mi apartamento, venía bajando ella, mi vecina, con su característica seriedad y su buen gusto en el vestir. Llevaba un vestido café, chaqueta y una bufanda de colores. Debo aclarar que ambas somos amas de casa y llevamos mas de 3 años como vecinas...

Pero ese día fue especial pues ella me dijo que quería invitarme un café. Acepté desconcertada, pues no hablaba tanto conmigo. "Cuando deje a los niños en la escuela paso a tu casa". -Contesté. Ella sonrió y dijo: "Te esperaré". -y le dije: "Qué más da, ¿quieres ir con migo?, anda". -Ella contestó: "¡Claro!; por qué no, vamos".

En el camino me contó que su esposo la habia engañado y que estaba triste. -Le dije: "Calma, así son ellos, no hay nadie que no lo haga hoy en día. Hazle lo mismo, en Internet conocerás chicos o chicas, jajaja!". Entonces me dijo: "Sí, hay que probar cosas nuevas... ¿Tú has estado con alguna mujer?". -"¿Yo?". "Claro que no, en realidad solo bromeaba" -Respondí. ..."Pero sí me gustaría probar" -Bromeé. ...Entonces hizo lo que no esperaba, puso su mano en mi pierna y me puso nerviosa... "Hay que hacerlo cómo, ¿en el carro? -le pregunté. "No". Vamos a mi casa" -Respondió.

No sentí ni cómo manejé hasta casa con sus manos acariciando mi entrepierna... Cuando subíamos las escaleras, no me pude contener y le agarré una nalga; se sonrió y dijo: "¡Me calientas!"... Al entrar a su casa me puso contra la puerta y empezó a besarme el cuello mientas sus manos trataban de llegar a mi muy húmeda vagina, y yo ahí, sin poder moverme. Entonces mis manos empezaron a acariciar sus pechos y sus muy redondas nalgas y me sentí muy ardiente; empecé a quitarle la ropa. ...Entonces ya no era ella era yo quien no aguantaba las ganas de tomarla y cogérmela toda.Y así le rompiéndole el vestidito, le agarré los pechos y puse mi boca en su muy mojada vagina. Era como si ya me estuviera esperando... Le metí mi lengua succionando sus jugos y me encantaron sus gemidos pidiendo más. La volteé y le di unas nalgadas, la puse de rodillas e hice que me lamiera la toda la vagina; le agarré los pechos y le dije: "Ahora eres mía, así que date vuelta", y le metí mi lengua en su ano. Gritó tan excitada que mientras le chupaba su ano, mis manos exploraban sus pechos y su vagina hasta que me dio más y más jugos.

Estuvimos haciéndolo casi toda la mañana hasta que acabamos de tan cansadas que estábamos. Lo mejor, es que hice todo lo que miraba en aquellos videos de Lesbianas en Internet y aún sigo cogiendo con mi vecina.



Voloración de la obra: 5

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2 ) Enviado por: Hypersexual el 30/08/2018 a las 19:06:14

Hola Fantaciakles,

Como ya lo comenté, me gustó mucho tu experiencia, y si lo deseas, aunque no soy una eminencia, yo te ayudo un poco en la redacción y la ortografía.

Tal vez tu idioma natal no es el Español, pero con gusto y sin compromiso alguno, me gustaría darte una mano.

Espero recibir tu respuesta... Ya tengo la versión de tu relato con el manejo de la redacción recomendable.

Sinceramente:
Hypersexual.

Voloración de la obra: 4

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3 ) Enviado por: Hypersexual el 21/03/2018 a las 19:06:14

¡Me gustó mucho tu relato mujer!...

Muy corto pero tal y como te llegó a tu puño.
Voy a buscarte más seguido dentro de este rubro que me llena las pupilas... y algo más.

Voloración de la obra: 4

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