- CONTINUACIÓN -
Mi Sweater, Mis Manos, Mis Dedos... (Parte 2)
Ni mi Sweater, ni mis manos, ni mis dedos... Éso ya quedó muy atrás. Hoy tengo mucha más edad y mucha más experiencia... La vida me regaló un esposo a quien le obsequié mi virginidad, porque cuando se fue mi niño aquél,
esos placeres sexuales se combinaron con la llegada de mi deseo por casarme y ser madre. Tenía no solo que preservar la especie, sino que un sentimiento de amor me siguió acompañando y di el Sí a quien me pretendía en el banco donde terminé trabajando una vez que mi época de estudiante también se fue.
Mi esposo Jason resultó ser un gran, gran amante... O, ¿es lo que me parecía por no haber tenido antes alguien que conociera mi sexo tal y como me lo dejaron mis bultos, mis manos y mis dedos?... Bueno, de hecho ya no recurría a aquellos porque los autos y la portezuela de los mismos tomaron su lugar en mis partes medias que tanto me tocaba...
Mi esposo y yo llevamos una intensa relación sexual aún con la llegada de mis tres hijos... La videocasetera se hizo nuestra aliada y esperábamos que nuestros hijos cayeran en profundo sueño, para montarnos uno encima del otro, y disfrutar del sexo realmente como no lo había podido disfrutar... Hasta supe lo delicioso que es no solo ser penetrada, sino el tener un sexo oral que nunca supe lo excitante que era hasta que Jason me lo enseñó... Me gustaba, me gustaba mucho y de los siete días a la semana cuatro de ellos nos ocupaban en darnos romance, deseo y hasta lujurioso sexo que me hacía decirle cosas extremas en su oído como la locura de que "yo era su Puta"... Él también me decía que yo lo era y expresarnos así hacía que esas cogidas fueran como las de los videos que rentábamos.
Todo era muy excitante, virgen llegué al matrimonio, disfruté mucho del cuerpo de mi esposo, pero virgen me quedé después que los hilos del destino se reventaron cierto día, cuando mi esposo enfermó y no volvió a ser el mismo.
Cambié de trabajo y conocí a más gente, entre ellas a unas amigas con las que salía, platicábamos y viajábamos en las vacaciones, contándonos historias de amor y desamor... Yo llevaba todavía mi cuerpo conmigo, pero ni mis manos ni mis dedos se ocuparon de él, y ni qué decir de mis pensamientos... Me dediqué a ser la abnegada madre, que tenía que educar, cuidar y ayudar a crecer a mis "cuatro" hijos, mis dos varones, mi hija menor, y a mi cuarto hijo, mi marido.
Yo creo que el Universo se apiadó de mí, mi sexualidad había quedado suspendida pero no había desaparecido; y aunque los días no eran grises, mi deseo había quedado encapsulado en espera de que algo sucediera, y que al fin me sucedió...
La tecnología y Mark Zuckerberg dieron luz a mi luz, porque alguien apareció en mi vida por tercera vez... El niño que no me besaba, el timorato adolescente que se fue y me dejó con mi batería de cocina en la cocina sin estrenar... FaceBook apareció en el espacio virtual de mi vida y mis corazones volvieron a palpitar; mi corazón que llevaba en el pecho, y mi corazón en mis partes medias; ambos palpitaron y aquél niño se había despojado de su timidez infantil, y hasta de su indecisa inmadurez...
Me escribió, le escribí, nos escribimos y las aguas subieron y se tiñeron de colores, de muchos colores, y mucho de colores rojos en todos sus matices... Así fueron subiendo de intensidad nuestros correos, hasta que me solté, se soltó y nos soltamos para planear un gran encuentro en compañía de mis amigas de toda la vida.
En el aeropuerto mi corazón creció y siguió creciendo... Su mirada era la misma, su cuerpo era igual, ya no tan de niño y su mentalidad había crecido una barbaridad...
En complicidad con mis amigas, quienes a su manera ya se habían convertido en mujeres experimentadas, dieron cabida a que otros dedos y otro miembro tuviera cabida en mis ojos y sus ojos en mi cuerpo.
Un Motel de flores en las afueras de la ciudad me dijo: Ve, desahógate y permite que el ya no tan chamaco aquél dé rienda suelta a la sexualidad y a la imaginación que años atrás también llevaba encapsuladas, hasta que no sé por qué, empezó a salir, a salir y a salir...
De noviecita recatada pasé a ser esposa desatada, madre de nuevo recatada, pero con la criatura aquella, la del aeropuerto, mi sexualidad no solo despertó otra vez, sino que ya no se volvió a dormir jamás y se desató en ser una amante desatada que se dejó seducir, seducir también y hasta dejarse pervertir.
¿Cuál niño?... ¿Cuál adolescente timorato?... El monstruo de la sexualidad había regresado a mi vida y a la par con él me convertí en su monstruo, su novia, en su amante y en sus fantasías que se hicieron mías cuando una a una las fuimos realizando.
...Creo que soy su Puta; todo lo que me hace lo disfruto como una de ellas y poco a poco me he transformado en la intérprete de sus locuras... Con él desde la primera noche en una cama sentí que mi Jardín Secreto ya no lo era más, me metió los dedos, me besó, me tocó, me acarició, me revolcó y me dio lo que siempre tuvo y que nunca me había dado: me dio su sexo; lo chupé, me lo comí, me lo incrustó tan adentro que hoy ya no me lo puede nadie extirpar...
Soy lo que no fui, soy lo que era y lo que quería ser, soy una especie de sacerdotisa que escucha en el confesionario el paso a paso de su vida y ahora ya soy parte y cómplice de sus confesiones... Como si la Tierra se extinguiera vive el día envuelto en jugo y semen, se envuelve en un abrigo ligero de lujuria y es tan grande que también me envuelve con él...
Hacemos y deshacemos, sube el hervor de mi sangre y remata con el mío propio porque me contagia de esa sed y esa hambre de pasión, amor y sexo que si no me delata es porque no nos vemos tan seguido como yo quisiera...
Pero él le ha devuelto movilidad a mis dedos, le ha devuelto lubricante a mi "Y" Griega y si no visito todavía a mi letra "O", es porque nos queda mucho por vivir... Soy su PUTA y él mi vida entera y también mi PUTO. Pienso en él y en sus locuras y sus locuras se convierten en las mías, las solapo, las deseo, las espero y las comparto con mi cuerpo cuando no estoy con él, cuando nos comunicamos y cuando ya no me quedo sola después de que me incita a masturbarme, de que me incita a esperar un futuro encuentro y de tolerar la obligada abstinencia con la caricia de mi cuerpo dentro de mi cuarto de baño y de que me viera todo el tiempo, que es lo que quisiera...
No me importa nada, mi vida paralela es más llevadera ante la imaginación y la posibilidad de un baile en un loco bar, el toque inmerso en la obscuridad de un cine, o sobre la densidad de la arena de una blanquecina playa...
...Ni hablar, después de todo lo vivido, después de mi inocencia, después de mi recato, después de toda esa locura en mi existencia y después de su regreso a mi vida detrás de su partida, Yo agregaría:... Ahora, cerca de la última etapa de mi vida, soy feliz viviendo lo que nunca imaginé vivir, por ese timorato convertido en Eros para mí... Porque de hecho siempre lo fue desde su pequeña edad... Pero ahora es mío y yo de él; y yo... Yo Soy Su PUTA.
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